viernes, 8 de noviembre de 2013

SESIÓN III/ 07:11:2013



Ciclo de poesía contemporánea en Vallecas: POéTIKAS en La esquina del Zorro. 
20:00H
Sesión III / 07:11:2013
Con: Elia Maqueda, Álvaro Guijarro y Antonio Díez.

Llega noviembre con su cabeza calva, huele a gorriones felices; ya hay gente desempolvando guirnaldas y lucecitas. Humedecen el espumillón ocre del año pasado, platean las paredes de sus habitaciones muertas. A estas alturas del año han de pasar lo áspero de la piedra por el filo de su tijera; tenemos un ejército de administradores para felicitarnos las fiestas, para definitivamente no olvidarnos nunca de ellos, el otoño es suyo. Tributar hasta para estar tristes. Mientras, nosotros resistiremos en nuestra pequeña aldea Corazón. El aguacero nos hará crecer. Hay una huelga de barrenderos, la basura florece por las aceras y acaba de nacer la poesía. Todo acontece cerca del puente de Vallecas.
AL OTRO LADO DEL ESCAPARATE
Comenzaba este ciclo de poesía recién iniciado el otoño, ha pasado algo más de un mes y aumentamos de tamaño, de importancia; ensanchamos nuestras jornadas con más público, crecemos. Tenemos habituales, pero también viandantes que curiosean por fuera del escaparate, que les tienta a empujar la puerta, que terminan decidiéndose por pasar al otro lado. Más allá, este jueves 7 de noviembre, teníamos acomodada la tercera jornada de POéTIKAS en La esquina del zorro; para esta vez se aproximaron a la librería la poeta Elia Maqueda, y los poetas Álvaro Guijarro y Antonio Díez. Hemos quedado cautivados por estas tres propuestas, de acuerdo que alejadas entre sí, sin embargo con un círculo de vecindad, en el que hubo momentos de tal complicidad que se diría que vivimos en la misma escalera; nos pedimos el azúcar o la sal, nos reconocemos. Somos contemporáneos porque tenemos antepasados y nos queda la palabra, iniciamos la jornada leyendo a Blas de Otero. Relacionarse, intercambiar, abrimos la tertulia y aparecieron los poetas de Boston; la deconstrucción, la modernidad; Jacques Derridá y la reconstrucción del lenguaje. Un asistente pidió leer un poema de Álvaro. La dinámica habitual del ciclo tocaba a su fin: Elia Maqueda leyó a Álvaro Guijarro, Antonio Díez a Elia y Álvaro a Antonio; sonido y escritura en boca del colega, experimentar: Un nuevo poema dentro del mismo poema. 
LA POESÍA GRANDE DE LAS COSAS PEQUEÑAS
No es nada fácil hacer poesía grande de las cosas pequeñas; los poemas de Elia Maqueda deshojan su cotidianidad, sí, pero también la de todos, pues nadie está exento de la misma, ya que el día a día particular de cada cual, y hablando en términos de gente sencilla, no difieren mucho los unos de otros. La poeta está en el mundo de todos nosotros. Le preocupa la vida que vivimos, cómo la vivimos; la pequeñez en su filosofía no es una bobada, es un lugar sagrado y vetado al Pueblo, que se ha de recuperar. Cuando este pasado verano empecé a garabatear este ciclo de poesía en mi libreta, uno de los trazos sobre el papel apuntaba a recuperar a ciertos autores con los que he coincidido a lo largo de estos años. Poetas válidos, que por un motivo u otro desaparecieron del circuito, con sugestivas e interesantes propuestas. Elia volvía a dar una lectura después de casi cuatro años; alejada del circuito poético, por cansancio o saturación, por decisión propia, porque nuevos proyectos, porque la vida. Y no ha perdido el tiempo durante todos estos años de retiro. A finales del año 2009 inicia junto a Pablo Medel el proyecto musical Medelia, del que ella es su vocalista; pop y folk, con letras que enlazan oportunamente con la literatura. Además de seguir con su profesión de traductora, busca la ocasión para seguir escribiendo, trabajar una forma diferente de enfocar su propia voz -nos contaba-. Se sigue sintiendo poeta. Ayer nos leía poemas de “Recortables” (Anidia, 2008) su primer libro, repaso de sus inicios; “Heterogéneos” un poema donde se dan cita los cinco idiomas que ella habla. pero también, en su segunda intervención, nos ofrecía una serie de inéditos que arrancaban de cuajo ese “yo” más intimista del pasado para exponer un otro más colectivo, quizá más necesario ahora que nunca, comentaba. Para ello tiene articulado un poemario, inédito hasta ahora, a modo de bestiario; del que, entre otros, nos leía el magnifico poema “Elefantes”, donde el hombre se enfrenta a su propia desconsideración al prójimo. Elia está convencida de que la poesía cambiará el mundo. Yo la creo. Me gustaría también destacar una parte de poemas breves inéditos con los que nos obsequiaba, en los que experimentaba el sonido de las raíces propias del lenguaje materno, la musicalidad de un pueblo mudo. Para quienes no están familiarizados con esta sonoridad, quizá ajena; familiar para mí por paisanaje. Reconocía palabras como, si no recuerdo mal, un “Arrecía”, las “Mentirijinas” y ese “Jacho” que acompañó al Jacha, al “Jigo” y a la Jiguera de mi infancia. Se trata de Identidad.

DESPROVISTO DE IMPOSTURAS
Antonio Díez, días atrás, anunciaba en su blog que para él esta iba a ser una ocasión especial, porque por motivos personales, este sería su último recital público en algún -bastante- tiempo; “Nada grave ni por lo que preocuparse, al contrario, estaré muy bien dedicado a mis rollos”, contestaba a un internauta preocupado por su decisión. Decir entonces, que por qué no sentirse halagados de tener en POéTIKAS la oportunidad de presenciar a uno de los máximos exponentes que en la actualidad tiene la poesía oral interpretada. Antonio domina la escena como pocos. Su “vanguardia” trata esencialmente de que no solo el entretenimiento ha de nutrir al espectáculo, sino que desprovisto de imposturas, se nos ofrece en actitud crítica. Su destreza consiste en manejar la palabra, abarcando temas de problemática social en su mayoría, a veces con humor, a veces con la ironía, pero siempre de manera equilibrada, para que el mensaje no se disperse en simples ocurrencias. Daba buena cuenta de ello la noche del jueves. En lo progresivo de la intensidad de su intervención donde su propuesta iba cobrando mayor entidad a lo largo de su lectura; con poemas que requería necesariamente el sosiego del orador hasta llegar a aquellos otros que explícitamente eran abordados con la exigencia del propio escenario, donde el autor requería de recursos propios; ademanes, gestos, aspavientos que son parte de un mismo poema, que acompañan a la voz, que suman en expresividad. Enseguida el público capta el mensaje, la relación de igualdad entre emisor receptor; se da la comunicación y se asimila el poema. “Gritos desde el extrarradio (CCK Records)” es su “disco” de poemas; sí, sí, eso es como un cd de música, pero en lugar de música, sólo hay poemas orales, fónicos, recitados a su manera; tuneados con el fondo según se necesite: sonidos de helicópteros, sirenas de policía o ambulancias, etcétera. Su precio: aquel que estipule el interesado por esta propuesta, lo que crea justo que vale el trabajo de este poeta. “La bamba (Rota)”, “Jamás de los jamases”, “¡Bravo borbón!” desfilaron delante de nuestras narices, y fueron muy aplaudidos. Quisiera, porque no está de más, destacar a “otro” Antonio Díez, que conozco dentro del mundo de la literatura, como estudioso y favorecedor de la misma, y por sus excelentes trabajos como traductor; sirva de muestra “Hablando de leyendas. Poemas para España” (Baile del Sol), el libro de poemas escritos por brigadistas internacionales que participaron en la Guerra Civil Española, o el excelente “STONER” (Baile del Sol), uno de los libros mejor acogido por la crítica el año pasado.
MADUREZ DESCONCERTANTE
Recuerdo -mal- haber leído una historia que trataba sobre un hecho de la Segunda Guerra Mundial, de cuando los japos y Pearl Habour; el caso de una cueva donde se encontraban una serie de tablillas transcritas con oraciones, elegías o poemas; estas tablillas, puestas a propósito, originarias del Japón, fueron trasladadas  pasada la guerra hasta este lugar por familiares y amigos de los soldados japoneses muertos en combate; confiadas ex profeso, a una suerte de monjes o algo así, quienes eran los encargados de redactarlas y confeccionarlas, a petición. El doliente, habría de dar elementos para su confección. No recuerdo, del texto, si se decía el tiempo de dedicación que se precisaba para llevar a cabo esta labor, si mucho o poco; si estaban acabadas en el mismo momento -o no- en el que se hacia el encargo, tampoco el valor monetario de las mismas o por el contrario  si bastaría con la voluntad del interesado. Mi memoria es flaca, pero me sirve para esbozar a un Álvaro Guijarro, un día cualquiera, en la calle Arenal, o una mañana de domingo en el Rastro de Madrid, con su máquina de escribir, junto a un curioso como doliente, tecleando un poema para la ocasión, quizá para la madre muerta, tal vez como un detalle cortés, posiblemente para un amor de hace dos días, pero con la tipografía característica que estampan estas máquinas; me imagino entonces a una mente prodigiosa que necesita de unos pocos elementos y poco más de tres minutos para escribir un poema ajeno y extraño, pero con toda la belleza y el sentido que requieren las ofrendas, la honra, la fidelidad. Si acaso por la voluntad, el auxilio que se da a los necesitados; en cualquier caso no tiene precio. Álvaro dejó de ser una promesa hace mucho tiempo. Tal vez al día siguiente de que alguien balbuceara: “es el futuro de la poesía”; posiblemente mucho antes. Este poeta, estudiante de filosofía y aficionado a la fotografía; de Madrid, nacido en el 90, ha demostrado una madurez desconcertante siempre que se ha enfrentado a un papel. Esta tarde en POéTIKAS, nos bastaron 14 minutos para comprobarlo: Chapó colega. Dice que Huidrobo, dice que Vallejo; pero Álvaro ya dispone de un imaginario propio que tiene valor por sí mismo. En su haber tiene tres libros; “TRANSIT0” (Chiado, 2010), “Colorofilia” (de descarga gratuita), y “La postpunk amante de Tiresias” (Canalla, 2013), donde procesa una potencia expresiva que solo puede venir de alguien que asume la vida como un propio experimento. 
VOCES DEL EXTREMO
Fue en este pasado fin de semana king size (del 31 de octubre al 3 de noviembre). Por primera vez pasaba por Madrid Voces del Extremo, el encuentro de poesía que el poeta Antonio Orihuela ideó allá por el año 1999, en Moguer (Huelva). En él se dieron cita más de cincuenta autores venidos de todo el país; una media de setecientas personas concurrió en los días que duró el encuentro por los diferentes espacios propuestos por la organización del evento; debates, jam’s, lecturas, exposiciones, poesía escénica: Compromiso y realidad: <<Poesía y Resistencia>> era el lema elegido para la ocasión. La poesía como tejido. Reforzar nudos para consolidar la red. Hoy Voces del Extremo late y es algo más que un acontecimiento poético, es una realidad que se ha consolidado como un espacio de referencia para la cultura antagonista. Una respuesta a la arrogancia del abuso. Nosotros, con agrado, insistiremos en seguir generando espacios de encuentro y participación, e incorporar nuevas formas de convivencia y relaciones humanas entre los habitantes de un entorno. POéTIKAS, nacido con esta vocación de establecer vínculos y formas de comunicarse, como la transcendencia de la poesía en nuestra manera de entender las cosas e ir descifrando los tiempos que corren. Os emplazamos de nuevo, a una jornada más en La esquina del zorro, el viernes 22 de noviembre una nueva propuesta, con tres voces distintas: Nuria Ruiz de Viñaspre, Isabel García Mellado, Felipe Zapico y el propósito de motivar el acercamiento de los vecinos de barrio a la poesía. Como de costumbre, seréis bienvenidos. 
Gsús Bonilla

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